Haidar, de 42 años, fue llevada a un hospital en una ambulancia para ser examinada tras quejarse de fuertes náuseas y dolores abdominales, declaró su portavoz, Edi Escobar.
La activista, que fue trasladada al hospital a petición propia, se encuentra en la unidad de cuidados intensivos y sólo recibe medicamentos para paliar el dolor.
Fuentes del hospital dijeron que Aminatu Haidar había vomitado sangre y se encuentra sumamente deshidratada, aunque está consciente, y que no desea ser alimentada a la fuerza. Escobar añadió que la militante saharaui planea continuar la huelga de hambre que comenzó el 16 de noviembre para reclamar a Marruecos le permita regresar a su casa del Sáhara Occidental, ex colonia española hoy administrada por Rabat.
Aminatu fue trasladada al hospital pocas horas después de que su hermana, Laila Haidar, llegara a Lanzarote para visitarla.
El 14 de noviembre, Haidar regresaba al Sáhara Occidental de un viaje a Estados Unidos y en el aeropuerto de El Aaiún, capital del Sáhara Occidental, las autoridades la despojaron de su pasaporte, alegando que había renegado de su nacionalidad marroquí y la expulsaron subiéndola a un avión español. Las autoridades aduaneras españolas aceptaron su entrada debido a que tiene el permiso de residencia española, a pesar de que vive en El Aaiún.
La activista no pertenece al Frente Polisario, que lucha por la independencia del Sáhara Occidental, territorio que fue colonia española hasta 1975 y que hoy está bajo control marroquí.
Durante este mes, el Gobierno ha ofrecido a Haidar diversas posibilidades para que obtenga un nuevo pasaporte o se quede a vivir en España, lo que ha rechazado la activista, mientras Marruecos le exigió que pidiera perdón por haber renegado de su nacionalidad marroquí.
El Ejecutivo ha realizado además diversas gestiones con Marruecos, la ONU y Estados Unidos, todavía sin frutos, mientras el Frente Polisario ha solicitado la mediación del rey Juan Carlos y del papa Benedicto XVI ante el rey Hohamed VI de Marruecos para que permita a Haidar regresar a su domicilio, aprovechando la amistad que une a ambos monarcas.
El miércoles, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, reiteró que espera que el caso "se pueda resolver rápidamente y de manera favorable" y pidió "prudencia".
Por su parte, el ministro de Economía de Marruecos, Salaheddine Mazouar, declaró este jueves en Madrid que es Haidar "la que ha provocado el problema y tiene que ayudar a buscar una solución". El ministro, que dijo no tener constancia de que el gobierno marroquí vaya a contactar oficialmente con Estados Unidos al respecto, después de que el diario El País publicara este jueves que el rey de Marruecos ha enviado a dos hombres de confianza a Washington para encontrar una "fórmula imaginativa" que permita a Haidar regresar, "sin que suponga una derrota para las autoridades marroquíes".
La huelga de hambre de Haidar ha hecho que la comunidad internacional vuelva a poner en la agenda el conflicto del Sáhara Occidental, bloqueado desde hace años. La ONU y el Frente Polisario defienden la celebración de un referéndum de autodeterminación, mientras que Rabat apuesta por una amplia autonomía del territorio.
Zapatero insistió el miércoles en que el Sáhara Occidental "es un tema de Naciones Unidas" y sobre las relaciones entre España y Marruecos se manifestó partidario de reforzarlas, incluso en la Unión Europea (UE), en lugar de dar un toque de atención a su vecino, con el que mantiene numerosos intereses.
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