jueves, 5 de junio de 2014

DEPORTACIÓN DE NIÑO

José González * Niño mixteco con ciudadanía estadunidense fue expulsado a México por su apariencia indígena “Me llevaron a la cárcel y no me dieron nada y me castigaron y no me dieron de comer ni cobija para taparme en la noche y ahí fue mi abuelito a recogerme y me echaron para México aunque tenía pasaporte”, fueron las palabras del niño Ermitaño o Hermitaño González, de origen mixteco nacido en Estados Unidos y expulsado por agentes migratorios, quienes no creyeron que fuera ciudadano estadunidense por su apariencia indígena. El niño indígena mixteco Hermitaño (sic.) González ciudadano estadunidense radicado en Oxnard, fue expulsado a México el 20 de enero del 2014, después de que intentaba regresar a su casa luego de visitar a sus abuelitos en San Martín Peras, Juxtlahuaca, Oaxaca. Acompañado de un adulto que presentó una carta notarizada y al intentar pasar por la garita de San Ysidro, el niño recibió malos tratos, fue interrogado por largo rato y luego regresado al país de sus padres y abuelos. Aquí transcribimos el testimonio presentado por el menor ante la asamblea estatal del Frente Indígena de Organizaciones Binacionales realizada en Oxnard, California en el mes de febrero: Cuando yo llegué a Tijuana me bajé del autobús; me vino a acompañar un señor. Cuando llegamos, ahí en la línea me detuvieron y ahí me preguntaron mi nombre y yo les dije mi nombre y miraron en el pasaporte. Dijeron que no soy yo y uno de los migras me llevó en la… y ahí me arrodillaron unos como cinco, los migras como si yo fuera un delincuente. Luego esposaron al señor que me trajo; luego lo llevaron a la cárcel (y a mí) me llevaron a su oficina para entregarme y me hicieron muchas preguntas, primero me preguntaron que cuál era mi nombre verdadero y les dije que Hermitaño era mi nombre y no me creyeron y me regañaron mucho y me dijeron (que) si no hablaba mi nombre verdadero me iban a esposar igual que al señor que me llevaba. Luego me dijeron: “si no sabes hablar tu nombre, pues escríbelo en el papel” y escribí mi nombre otra vez y me dijeron “vamos a sacar las huellas” y sacaron mi huella y ahí salió mi foto. Luego (me) llevaron (a) otro cuarto y ahí me preguntaron que cuál era la escuela (en la) que yo estuve aquí y les dije. Me dijeron que no había escuela que se llamaba así. Luego llamaron a mi mamá y le dijeron lo mismo que les dije yo, así me dijeron. Luego me preguntaron que cuántos hermanos tengo y yo les dije que tenía seis y me preguntaron que quién era mi mamá verdadera. Luego me preguntaron otras cosas más y volvían a llamar muchas veces. Se me olvidaron otras cosas que me dijeron porque me ganaron los nervios, por eso se me olvidaron. Luego me preguntaron en mixteco que cómo se dice que nacimos en el Norte y yo les respondí y escuché platicar en inglés sobre mí que sí es mi pasaporte, decían y aunque no me soltaron, me llevaron a la cárcel y no me dieron nada y me castigaron y no me dieron de comer ni cobija para taparme en la noche y ahí fue mi abuelito a recogerme y me echaron para México aunque tenía pasaporte. Gracias a la intervención del Frente Indígena de Organizaciones Binacionales (FIOB) en San Diego, Ermitaño González pudo ingresar nuevamente a su país de nacimiento y ahora se encuentra con su familia. (*) Testimonio recogido y transcrito por la coordinadora de medios del FIOB, Bertha Rodríguez-Santos.

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