-Jorge Mújica Murias mexicodelnorte@yahoo.com.mx
CHICAGO.- De rato en rato, el movimiento por los derechos de los inmigrantes tiene momentos brillantes.
Uno de ellos está sucediendo ahora, con la acción que tomaron cuatro padres indocumentados de jóvenes idem, despapelados todos, y que están despelotando la nueva Ley HB56 del estado de Alabama.
Son los "Alabama 13", nueve jóvenes y cuatro padres de familia, que se aventaron la sabrosa travesura de desafiar no solamente a la ley de Alabama sino de plano a las famosas "nuevas disposiciones para las deportaciones de la administración de Barack Obama.
Un par de ellos fueron y sentaron en el Capitolio en Montgomery, Alabama, pidiendo ver a uno de los autores de la nefasta ley que convierte en Migra a todos los servidores públicos y los obliga a pedir papeles a cualquier "sospechoso" de no tener papeles. Los demás, pa' no dejar, se sentaron en la calle hasta que los arrestaron.
Y ahí viene la cosa. La estrategia no podía fallar. En teoría, la policía los arrestaba, los consideraba "sospechosos" de no tener papeles y los remitía a la Migra, que tendría que dejarlos ir por no tener antecedentes penales.
Pero nada de nada.
En su audiencia en la Corte, acusados de "desorden público", los abogados de Montgomery dijeron que eran residentes legales a pesar de que su abogado defensor insistía en que estaban en el país sin documentos. El alcalde Todd Strange dice que los arrestaron por bloquear la calle, nada más.
La vocera del Departamento de Seguridad Pública, Martha Earnhardt, aclaró que la Migra no había pedido que los retuvieran y punto, pese a que su mismo abogado defensor, Mike Winter, clamó y reclamó que todos son indocumentados. No hubo modo. Los dejaron en libertad.
Ganar o Ganar
La estrategia era ganar, y en realidad no había manera de perder. Los líderes Republicanos, empezando con el vocero de la mayoría Mike Hubbard, confusamente, declararon que "Se salieron con la suya. Querían que los arrestaran y los arrestaron".
Pero no. Lo que querían era desafiar la Ley HB56 y obligar al estado a ejercerla y mandarlos a la Migra. Pero la Migra se rehusó. Según el Presidente Pro Tempore del Senado, el Republicano Del Marsh, no habrá acusaciones mayores a menos que los haga el Fiscal General Luther Strange. Hubbard insiste en que "este es un país de leyes" y que la ley de Alabama es para asegurarse que todos el mundo está aquí legalmente. Marsh dice que el objetivo de la ley es crear trabajaos para los ciudadanos, persiguiendo a los indocumentados. Pero entre los dos no dan una.
La oportunidad más brillante para deportar indocumentados se les fue de las manos. Podían haber mandado, legalmente, a los detenidos con la Migra pero no se aventaron. Y si se hubieran aventado, la administración de Obama tendría que dejarlos libres por so tener antecedentes criminales.
En pocas palabras, salieron ganando los aventados indocumentados que llevaron a cabo la acción. La Ley es idiótica, y ni la policía ni el Fiscal ni el Alcalde tienen ganas de cumplirla si implica una controversia.
Y el ejemplo es contundente. No se puede asustar a quien tiene ganas de pelear, como escribió uno de los detenidos, mi hermano Martín Unzueta, en una carta que dejó como "herencia" en caso de que tuviera que escribir la siguiente desde México.
La lucha (parafraseando aquello de que "el movimiento se demuestra andando"), se demuestra luchando. Los 13 de Alabama probaron otra vez que si hay lucha hay esperanza. Todo el movimiento inmigrante debía tomar nota y ponerse las pilas, en vez de andar promoviendo, de nuevo, que la solución está en elegir más Demócratas "buenos" al Congreso y mantener la Casa Blanca.
La lucha está en las calles, no en los pasillos
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