A casi dos años de implementarse el programa Frontera Sur, los abusos cometidos contra migrantes por la delincuencia común o la organizada en contra de los migrantes centroamericanos continúa, obligando a estos a cambiar de rutas y tomar otras como las marítimas que son más peligrosas, dijo José Alberto Donis Rodríguez, coordinador del refugio “Hermanos en el camino” de Ciudad Ixtepec, Oaxaca, que ayuda a los indocumentados que ingresan al país.
Entrevistado en esta ciudad, el también representante del padre Alejandro Solalinde Guerra, expresó que el programa no es más que un enorme operativo al que el Gobierno de la República le destinó la mayor parte de los recursos que supuestamente serían invertidos para la protección de los migrantes.
Bajo esta situación, aseguró, las detenciones se han triplicado pero al mismo tiempo, los asaltos y secuestros continúan en lugares como Medias Aguas, municipio de Sayula de Alemán; Orizaba y Tierra Blanca, Veracruz, principalmente.
Señaló que el objetivo del programa, que era el de protegerlos de la delincuencia organizada para evitar el secuestro y el asalto; materialmente emprendió una persecución contra ellos, obligándolos a que ocupen otras vías de comunicación.
“El programa se ha enfocado en la ruta migratoria, que es el tren, es la vía y el mismo migrante ya sabe que se van a topar con un operativo de Migración, entonces lo que hacen es evadir esos controles, tomar otras rutas”, dijo el entrevistado.
“Con este programa, que se implementó en el mes de agosto del 2014 a la fecha, nos hicieron creer en el discurso que estaba orientada para la protección, según para la protección, para la defensa de los derechos humanos del migrante, para controlar el flujo y combatir a los grupos que se dedican al tráfico de personas, pero es todo lo contrario, en la práctica es un vil operativo disfrazado de programa, que no lo es, porque nos dijeron que iban a invertir en programas de desarrollo, así nos hicieron creer el gobierno, que se iban a invertir miles de millones de pesos para programas de desarrollo en la frontera sur, Chiapas y esta zona, pero todo eso no ocurrió, todo eso fue invertido para el Instituto Nacional de Migración para fortalecer los operativos. Al contrario, provocaron una mayor vulnerabilidad cuando ya se había logrado junto con muchos albergues y defensores, ya se había logrado incidir para que al migrante se le protegiera, no se le agrediera, ahora con este programa lo que provocó que los asaltos incrementaran como es el caso de Oaxaca, donde habíamos logrado que los asaltos disminuyeran en un 50 por ciento y ahora casi todos los migrantes que llegan con nosotros, han sido asaltados, en un solo tramo”, sostuvo.
Agregó que el problema de la extorsión por parte de agentes de Migración, el secuestro por parte de la policía y los asaltos continúan, sin que logre erradicar ese problema en los estados de la ruta migratoria que son Oaxaca, Chiapas, Veracruz y Tamaulipas principalmente.
“La política fue orientada para detener y deportar no para combatir las autoridades que extorsionar, no para combatir el tráfico, los grupos de la delincuencia que controlaban el tráfico de personas, el cobro de cuotas, el secuestro de migrantes, todo eso continúa aunque el tráfico de migrantes ya no se maneja a gran escala, como antes que se manejaban secuestros masivos, ahora es selectivo para no llamar la atención”, consideró.
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