ARGENTINA ME DUELE.
"Hoy resulta que es lo mismo ser derecho que traidor,
ignorante, sabio, chorro, generoso, estafador.
Todo es igual, nada es mejor, lo mismo un burro
que un gran profesor".
Enrique Santos Discépolo.
En sólo 50 días Argentina regresa a un período de sombras, autoritarismos y lamentablemente a escenarios más propios de una dictadura que de una democracia.
El nuevo gobierno de Mauricio Macri se ha empeñado en demostrar que el suyo es un típico gobierno de derecha, neoliberal, que no sólo recorta los más elementales derechos humanos como la información, ( excluir de la radio y la televisión a los programas y periodistas que tienen visiones diferentes) la persecución a los líderes regionales (detención ilegal de Milagro Sala, líder del movimiento Tupac Amaru) y el despido inmediato sin advertencia ni preaviso alguno de más de 30.000 empleados públicos, estigmatizados como "ñoquis" o "aviadores",con la consiguiente represión brutal en la ciudad de La Plata a aquellos que con sus hijos y familiares fueron a pedir explicaciones ante tal medida, si no que también se empeña en entregar el país a los fondos buitres, a la vuelta del endeudamiento con la auditoría del nefasto Fondo Monetario Internacional, el recorte de salarios de más de un 40%, dinero que pasa a engrosar los bolsillos de la oligarquía vernácula y la desmedida devolución de favores (clausura de ley de medios y exclusión de las pautas publicitarias a todo el entorno periodístico de simpatías kirchneristas, despido sin justificación del emblemático periodista Víctor Hugo Morales, o de todo aquél que tenga afinidades con el gobierno pasado a través del despido de los trabajadores de la AFSCA, y de la estatal Radio Nacional )al mayor oligopolio de medios de América Latina, el multimedios Clarín.
Como si todo esto fuera poco, el enjuiciamiento a los represores de la pasada dictadura de los años 70, que llevaran a cabo los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner, corre el riesgo de suspenderse por el actual gobierno.
También era de suponer, la ofensiva de los Ceos empresariales que hacen hincapié en eliminar o "achicar" el Estado para que el mercado sea el regulador y árbitro de la economía, endeudar nuevamente el país como en el pasado 2001, logrando de esta manera que la fraudulenta deuda externa de unos pocos sea pagada por el conjunto del pueblo. Estos grupos minoritarios, que vuelven a concentrar en pocas manos la riqueza nacional, son los mismos que en los últimos doce años, amparados en el Poder Judicial, los medios hegemónicos y los papagayos mediáticos taladraron la cabeza de un importante sector de la población con mentiras, escenografías montadas al mejor estilo hollywoodense y un constante asedio de injurias y calumnias sobre la ex presidente Cristina Kirchner. Este blindaje mediático y judicial permitió el pasado 10 de diciembre a la derecha local llegar al gobierno por primera vez en términos electorales, a pesar que en un mes y medio demostró ser más de lo mismo, en cuánto a gobiernos déspotas y autoritarios se refiere. Atrás quedaron las falsas promesas de "un país mejor" o "el poder judicial será independiente, no será macrista" o la falsa y abstracta "unidad de los argentinos". Gobiernan como si hubieran ganado por un 40% de diferencia cuando en realidad solo lo hicieron por un 2.60%, y en el peor de los cinismos, los mismos que se quejaban de ciertos usos arbitrarios del anterior gobierno, hoy se manifiestan con total impunidad en un muestrario de aberraciones, mentiras, insultos y papelones mediáticos.
Es obvio, que el odio y la sed de venganza que hemos advertido en columnas pasadas, están en su auge, mucho más cuando aquellos pseudo periodistas y/o almorzadoras de lujo que inventaron la famosa grieta se escudan en los canales oficiales y no se escucha de su parte palabra o solidaridad alguna con los numerosos colegas despedidos o perseguidos solo por pensar diferente.
Estos operadores o mercenarios del micrófono son los mismos que mintieron con falsos reportajes y careciendo totalmente de escrúpulos para elaborar falsas consignas, acompañados por los políticos de turno, que por medio de la constante difamación y la mentira contribuyeron a que el país haya entrado en un laberinto de soberbia y autoritarismo que sólo persigue quedarse con el patrimonio nacional.
La política es tener apertura, saber escuchar a todos, ser lo suficientemente humilde para realizar las autocríticas tan temidas, además de entender y conocer la rica historia del pueblo argentino, que siempre ha sabido reaccionar ante las siniestras dictaduras civiles- militares, la ofensiva de los patrones de estancia, o aquellos que no entendieron nunca nada y pensaron que eran y son los dueños del país.
Es lamentable, que después de 32 años ininterrumpidos de democracia, las infamias de la peor calaña, más la voracidad de un pequeño grupo de fundamentalistas neoliberales regrese a la tierra de San Martín, Belgrano, Mariano Moreno y tantos anónimos y heroicos luchadores sociales, pero debemos saber y ser conscientes que esta ofensiva tendrá los límites que fijen la resistencia y la lucha del pueblo argentino, el mismo pueblo que a pesar del silencio cómplice de los medios y los lentos reflejos de muchos dirigentes que se encuentran en estado autista, protagonizó gestas heroicas en el pasado y multitudinarias manifestaciones en días recientes.
Desde México, Carlos Prigollini, integrante del Grupo del Frente para la Victoria de Argentina en México
Febrero 1 del 2016.
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